viernes, 1 de abril de 2011

El cerebro no distingue entre dolor emocional y físico

¿Recuerdas la última vez que lloraste por tu ex y sentías tanto dolor como el provocado por una herida real? Pues no estabas equivocado.

En un nuevo estudio, donde se utilizó imagen por resonancia magnética funcional (IRMf), los investigadores han encontrado que las mismas redes cerebrales que se activan cuando sufres una quemadura leve se encienden cuando piensas en un amante que te ha rechazado En otras palabras, el cerebro al parecer no distingue entre el dolor físico y el sufrimiento emocional intenso. El corazón roto y las separaciones dolorosas son “más que simples metáforas”, dice Ethan Kross, investigador principal del estudio y profesor asistente de psicología en la Universidad de Michigan en Ann Arbor.

El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, ilumina el papel de los sentimientos de rechazo y otros traumas emocionales pueden jugar en el desarrollo de trastornos de dolor crónico como la fibromialgia, indicó Kross. Y agrega que provoca interesantes cuestionamientos acerca de si tratar el dolor físico puede ayudar a aliviar el dolor emocional y viceversa.

“Lo emocionante acerca de estos hallazgos es que delinean el camino directo en el cual las experiencias emocionales pueden ser relacionadas con el cuerpo”, dijo Kross El médico y sus colegas reclutaron a 21 mujeres y 19 hombres que no tenían historial de dolor crónico o enfermedad mental, pero que habían sido abandonados por una pareja romántica en los seis meses previos. Los voluntarios se sometieron a escaneos de IRMf –los cuales miden la actividad cerebral al rastrear cambios en el flujo sanguíneo– durante dos tortuosas pruebas.

Primero, una fuente de calor atada al brazo izquierdo de cada sujeto creaba un dolor físico similar al de sostener una taza de café caliente sin el asa. En el segundo, a los voluntarios se les pedía mirar fotografías específicas que vivieron con esa persona Este estudio fue el primero en mostrar que el rechazo puede provocar una respuesta en dos áreas del cerebro asociadas con el dolor físico: la corteza somato sensorial secundaria y la ínsula dorsal posterior. Esas regiones del cerebro se encendieron en el estudio porque el rechazo que los voluntarios experimentaron era inusualmente intenso.

Aunque Kross enfatiza que el estudio es “un primer paso” para comprender la conexión entre el dolor físico y emocional, los hallazgos podrían ayudar a los pacientes de dolor crónico a comprender quelas emociones pueden afectar su condición física, dijo a la psicóloga Judith Scheman, directora del programa de rehabilitación del dolor crónico en la Clínica Cleveland.

Los traumas del pasado pueden hacer que la gente sea más sensible al dolor y por tanto, más susceptible a trastornos como lafibromialgia, la cual causa fátiga y dolor crónico, dijo Scheman. Ella y su equipo impulsan a los pacientes con dolor a “explorar su pasado y sus traumas emocionales”, pero muchos se rehúsan a ello.

“Como médico clínica, me gustan los estudios como éste porque los pacientes a menudo no comprenden por qué tienen que hacer trabajo emocional”, dijo Sherman “Mostrarles algo así les ayuda a comprender que la ciencia está detrás de lo que les pido hacer”.

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